jueves, 21 de abril de 2011

CANAL DE PANAMA .

CURIOSIDADES DE LA CONSTRUCCIÓN DEL CANAL DE PANAMÁ  
Los navegantes europeos que pisaron por primera vez las tierras del istmo que une las dos América, debieron experi­mentar una sensación de pavor y de confusión.  Quizás ningún lugar les había parecido más inhóspito corno aquellas playas, en las cuales el mar se convertía en un pantano, infestadas de caimanes, interrumpidas por cursos de agua, ora desbor­dantes y destructores, ora secos y transformados en turbios ambos poblados por toda clase de animales repelentes y peligrosos.  Además, el clima húmedo y caluroso destrozaba los nervios y anulaba toda voluntad. 

En el año 1869 fue terminada la obra grandiosa del genio y del trabajo   humanos: el canal de Lesseps.  El italiano Luis Negrelli habla preparado el proyecto y el francés Fernando de Lesseps lo realizó.  Todos pensaron que finalmente se había encontrado en este último al  hombre dotado  de la capacidad técnica y energía  necesarias para llevar a cabo esta empresa.  En 1876 fue constituido, bajo la presidencia de Fer­nando de Lesseps, el Comité que  de organizar los trabajos.  Dos años-más tarde, concluidas las tareas prepara­torias, el gobierno colombiano concedió la autorización para realizar las obras, y, en el Interna, el ingeniero francés obtuvo capitales para financiar la empresa.  El canal sería del tipo ,"a nivel", y entre los muchos proyectos fue elegido el que proponía unir por esa nueva vía de agua las ciudades de Panamá y Colón.
A comienzos de 1881 se iniciaron las obras, las que debían estar terminadas, según las previsiones de Fernando de Les­seps, al cabo de seis años.  Pero en 1890 el Tribunal del Sena declaraba la quiebra de la sociedad que había asumido la responsabilidad de la empresa.  Es imposible enumerar aquí todas las causas de la catástrofe.  Fueron esencialmente motivos políticos, administrativos y financieros.  La empresa francesa se había enfrentado desde un principio con la hostilidad de los Estados Unidos y de Inglaterra, pues ambas naciones veían en el canal una amenaza para su potencia y el desarrollo de su comercio.  Estalló un escándalo de grandes proporciones: se acusó a de Lesseps de mala administración y de procurarse ganancias ¡lícitas; el mismo Parlamento francés, confundido, y vencido por la campaña periodística instigada por los Estados Unidos, se declaró en contra de de Lesseps, quien llevado ante el tribunal y condenado.  Los trabajos fue interrumpidos.












El  Canal de Panamá tiene una longitud de 68 km, a los que se deben agregar alrededor de 11 km., limitados por boyas, en la zona del Atlántico, y otros 3 km, en la parte del Pacífico, que inician el canal antes de que éste penetre en tierra firme.  Su profundidad media oscila entre 12 y 14 metros, asegurando así el pasaje de las naves de mayor calado.  Su anchura varía entre 90 y 350 metros.  El canal comienza en la bahía -de Limón, a 11 km de tierra firme.  Una vez dentro del continente, la nave atraviesa, a los 4 km, la zona de las esclusas de Catún, que la elevan a una altura de 26 metros y le permiten navegar por el lago del mismo nombre, a lo largo de un recorrido señalado por boyas, iluminado durante la noche por faros potentísimos.  Después de ésta, y durante unos 12 lan, navega en una profunda "garganta", excavada en las rocas (el trabajo más arduo de toda la empresa); luego, mediante las esclusas de Pedro Miguel, desciende casi al nivel del océano Pacífico entrando en el pequeño lago de Miraflores; finalmente, a través de las esclusas de Miraflores, alcanza el océano y navega algunos kilómetros por una zona indicada por boyas, como en el océano Atlántico.
La nave es transportada, dentro del dique que forman las esclusas, por medio de locomotoras a cremallera.  Poderosos y delicados mecanismos eléctricos cierran las gigantescas com­puertas, mientras en el dique se vierten rápidamente millones de metros cúbicos de agua que, llenándolo, elevan la nave al nivel necesario.  Cuando ésta ha recorrido todo el dique tiene lugar la operación inversa: las puertas se abren y el agua se precipita hacia afuera, hasta llegar al nivel del dique siguiente.  Un gigantesco murallón permite el tránsito (le las naves en ambos sentidos, formando dos diques adyacentes.
A lo largo del canal existen potentes instalaciones que producen la energía eléctrica necesaria para el funcionamiento de los motores y mecanismos; la gran reserva del lago de Gatún asegura siempre un constante volumen de agua. Puesto que el canal es de propiedad de los EE.UU. y se halla en el territorio estaudinense, está fortificado, contrariamente al Canal de Suez y otras vías de agua similares que, al menos en teoría permiten el libre transito, aun en tiempos de guerra.

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